Hace unos días abrimos un diálogo entre Ludiana y Binomial sobre la Inteligencia Artificial aplicada a la comunicación. En una conversación online, Luis Martín, el CTO de Binomial, nos explicó las capacidades que nos presenta la aplicación de la IA al terreno de la conversación pública. Ludiana aplica las soluciones de Binomial a la gestión de la reputación de nuestros clientes. Los resultados avalan una tecnología que nos permite manejar la complejidad de los entornos. En este diálogo con Luis Martín, uno de los grandes expertos españoles en IA bajamos al terreno de lo concreto, para traducir en acciones concretas lo que nos permite hacer la tecnología.
La IA es un instrumento muy potente para vigilar la reputación de las empresas.
Saber en tiempo real cuál es la percepción de nuestros públicos sobre lo que hacemos, decimos o proponemos, conocer las expectativas de nuestros clientes, la opinión de nuestros empleados, y el impacto de nuestras campañas o nuestras acciones en la opinión pública, es hoy un activo fundamental. Nos atrevemos a decir, incluso, que se trata del activo intangible más importante de una empresa. De él dependen no solo sus ventas sino su capacidad de atraer talento profesional. No solo la fidelidad de sus clientes sino su capacidad de resistir a las crisis. La reputación es un escudo. En un mundo de incertidumbre, las empresas batallan por tener una gran resiliencia reputacional: ser capaces de navegar en una realidad que nos sacude con cambios radicales (pandemia, por ejemplo) y salir reforzados. Para lograrlo, la Inteligencia Artificial nos ofrece herramientas imprescindibles.
La Inteligencia Artificial es la principal fuente de conocimiento de riesgos y alertas.
La mejor forma de enfrentarse a una crisis es prevenirla. Por mucho que repitamos esta idea básica, elemental, seguiremos trabajando con la ciega seguridad de que las crisis no nos van a tocar. Es una forma de negación de la realidad, porque las crisis llegan. Y es entonces cuando nos damos cuenta de lo necesario de la prevención. Trabajar «aguas arriba» es vital para atravesar las turbulencias de una situación crítica, para recuperar el control, para salir reforzados. Enron murió en una crisis en la que la ausencia de ética arruinó su reputación. La Inteligencia Artificial, programada con criterio, nos permite detectar riesgos en su estadio más temprano, individualizar alertas en sus primeros pasos. Y combatir disfunciones o problemas que no llegan a los CEO porque el mundo es complejo y controlarlo todo es en apariencia imposible. Una célula de alerta temprana a disposición de los CEO de las compañías es un puente de mando desde el que se controla el entorno y el interno de las empresas y dota de una capacidad de acción y de toma de decisiones correctas a la dirección de las compañías.
La Inteligencia Artificial nos permite medir el impacto de nuestra comunicación.
Conversar es conocer el resultado de nuestra comunicación, medirlo, y tener capacidad de modularlo en función de la respuesta del receptor. Es lo que hacemos de forma continua y rápida cuando hablamos con alguien cara a cara. Llevar esas capacidades a la conversación de una marca con sus públicos es el sueño de todo director de comunicación, de todo CEO. La Inteligencia Artificial y en especial el neuromarketing nos permiten conocer con una gran precisión los resultados que van a tener nuestras campañas, la respuesta emocional de nuestros públicos. Ese conocimiento, que antes se dejaba a la intuición de los gurús, es ahora científico. Nos asegura resultados. Nos permite corregir esas campañas para que lleguen con eficacia y obtengan la respuesta que pretende nuestro discurso.
la Inteligencia Artificial nos permite segmentar y personalizar nuestros mensajes.
Personalizar. La clave de la educación es adaptarla a las necesidades de cada alumno. La clave de la comunicación es dirigirnos a un tú, al que podemos llegar si conocemos quién es, qué le preocupa, cuales son sus aspiraciones, qué espera de nosotros, qué expectativa le hemos creado. La Inteligencia Artificial nos permite llegar con ese nivel de precisión, responder con rigor a las aspiraciones de nuestro público, segmentar las audiencias, individualizar a las personas. Por esas capacidades entra la humanización de la IA. El lector puede pensar que también aquí están los riesgos,. Pero como dice Luis Martín en esta conversación, a la IA le debemos aplicar la misma ética que rige nuestro comportamiento desde antes de que llegara a nuestra vida la Inteligencia Artificial
Un programa abierto.
En Ludiana y Binomial desarrollamos un programa abierto que busca compartir con otras agencias de comunicación las tecnologías y las capacidades de la Inteligencia Artificial. De ahí viene nuestra propuesta de formar a sus equipos en la aplicación de esta tecnología para que sean capaces de ofrecer a sus clientes los múltiples servicios que ofrece la IA, su potencial para hacer que la comunicación sea efectiva, transparente, abierta, honesta, y nos permita adaptarnos a la complejidad de un mundo que genera ingentes cantidades de información, que hoy podemos procesar, para navegar con luces en un océano en el que, sin la IA, estaríamos viajando a ciegas.
