Comunicación | Expresiones cotidianas con origen en la Semana Santa

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Expresiones cotidianas con origen en la Semana Santa

En puertas de la Semana Santa, tal vez pensamos que celebramos esta festividad tan solo una pequeña parte del año. Sin embargo, me atrevo a decir que la Semana Santa es algo que tenemos todo el año en nuestra «boca».

Si observamos el lenguaje popular castellano, lleno de expresiones y frases hechas, es muy fácil detectar unas cuantas que tienen su origen en la Semana Santa y que están totalmente incorporadas al lenguaje diario, prolongando esta festividad a todo el año.

Las 10 expresiones relacionadas con la Semana Santa más utilizadas en el lenguaje popular

“Lavarse las manos”

La expresión “lavarse las manos” se utiliza cuando alguien quiere desentenderse de una responsabilidad. Es muy fácil ver el origen bíblico de la expresión y su conexión con la acción de Poncio Pilato, cuando se lavó las manos al condenar a Jesús a morir crucificado.

“Llorar como una magdalena”

Cuando alguien llora de manera desconsolada o mucho, solemos decir de esa persona que “llora como una magdalena”. La expresión se refiere desde su origen a María Magdalena, que aparece en numerosos pasajes bíblicos llorando. Nos hablan de su llano cuando murió su hermano Lázaro, cuando se arrepiente de sus pecados y, por supuesto, lloró a los pies de la cruz cuando Jesús murió crucificado.

“De Pascuas a Ramos”

Decimos de un acontecimiento que sucede “de Pascuas a Ramos” cuando acontece una vez cada mucho tiempo. Esta expresión tiene una conexión directa con la Semana Santa y es clara su alusión a los días de la Pascua de Resurrección y el Domingo de Ramos. La Pascua es la que señala el final de Semana Santa y el Domingo de Ramos se celebra el domingo anterior a estas fechas coincidiendo con la entrada de Jesús en Jerusalén. Entre la Pascua y el Domingo de Ramos pasan un año menos una semana, un largo periodo de tiempo.

“Ser más falso que Judas”

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define judas como “hombre alevoso, traidor”. Tanto la expresión “ser más falso que Judas” como la definición del diccionario hacen alusión al mismo hombre, Judas Iscariote. Este fue el apóstol que traicionó a Jesús por unas monedas y que así reveló que sucedería el propio Cristo durante la última cena, según las escrituras.

“Sufrir un calvario”

Calvario era el monte situado a las afueras de Jerusalén donde Jesús fue crucificado. La expresión, que puede incluir los verbos sufrir, pasar, ser o soportar “un calvario” se utiliza cuando una persona pasa por un montón de adversidades o dificultades y recuerda a todas las desgracias que sufrió Jesús en su camino hasta la crucifixión.

“Otro gallo cantaría”

Utilizamos esta expresión para dar a entender que, si hiciéramos cierta cosa de otra forma, el resultado sería diferente. La expresión hace referencia a Pedro, apóstol de Jesucristo que le negó tres veces para evitar se apresado por los romanos. Durante la última cena, dice la Biblia que Cristo predijo que su compañero le negaría tres veces antes de que cantara el gallo, y así sucedió.

“Meter el dedo en la llaga”

Insistir sobre un asunto que genera dolor o preocupación es lo que denominamos “meter el dedo en la llaga”. La expresión hace referencia a cuando Tomás se encontró con Jesús resucitado y no creyó en que fuera él. Cristo le invitó a que metiese la mano en la llaga de su costado para comprobar que era cierto que había resucitado.

“Estar hecho un Cristo”

Según cuenta la Biblia, Jesús padeció enormes sufrimientos en su camino hasta la crucifixión: caídas, torturas, latigazos… y eso llenó su cuerpo de heridas y magulladuras. De ahí que, cuando alguien sufre muchas heridas o golpes digamos de él que “está hecho un Cristo”.

“La procesión va por dentro”

Sufrir mucho pero no demostrarlo, es lo que llamamos “llevar la procesión por dentro”. Esta expresión tiene que ver con el concepto actual de la Semana Santa española en la que, en la mayoría de los pueblos, se procesiona con los pasos por las calles. Es una tradición que se prepara a lo largo de todo el año y que muchas veces, por motivos meteorológicos, no se puede celebrar. Lo que se hacía en estos casos, es que se procesionaba dentro de los monasterios y los templos, algo que deslucía bastante en festejo.

“Ser tonto de capirote”

Se conoce como capirotes a los gorros en forma de cucurucho con los que procesionan los nazarenos en la mayoría de las Semanas Santas en España. Antes de darle este uso, el capirote era utilizado por la Santa Inquisición, que obligaba a ponérselo a aquellos acusados de pecado, herejía o delito. Portar este “adorno” provocaba que los ciudadanos se burlaran del malhechor y le gritaran cosas como “tonto” a su paso.

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