La gran empresa, la pyme y el mundo jurídico. No es fácil reunir en una sola mañana a los vértices del triángulo de un asunto tan relevante como el compliance, al que otros llaman cumplimiento. Anfitrión: Cuatrecasas. En unas horas desfilaron por el atril La Caixa, Bankia, MSD, DHL, Roche Farma, Cafés Guilis, Emma Roldán de IFEMA, Julián de Castro, el fiscal anticorrupción Alejandro Luzón, Eduardo Torres Dulce, el catedrático Alberto Alonso Ureba, el magistrado del Supremo (Sala Segunda) Antonio del Moral, el socio de Cuatrecasas Álvaro Botella y el profesor de tributación Luis Muñiz. Organizaba la jornada Irene Navarro, de Madrid Excelente, junto a Silvia Enseñat, de la Asociación de Compliance, y Fernando Santiago, Presidente de los gestores administrativos.
Algo más que cumplir la Ley
Tuve el honor de cumplir el papel de moderador, y les quiero transmitir algunas ideas que me parecen interesantes. Silvia Enseñat defendió el término anglosajón de compliance, «porque esto es algo más que cumplir las normas y las leyes». El Compliance officer «tiene que ponerse en el lugar de los otros, de los clientes, de los proveedores, de los grupos de interés», es decir que es alguien que vigila y cuida la reputación de la empresa. Por eso, como señaló después Carlos López Agudo de La Caixa, el encargado de «cumplir» tiene que ser independiente y autónomo, tener autoridad, y solo debe ser nombrado (y cesado) por el consejo de administración.
Emergió con fuerza durante toda la sesión la idea de la reputación como el gran activo de las empresas para generar confianza, la idea de los públicos como destinatarios del trabajo del compliance, y la necesidad de que el cumplimiento sea una cultura que impregne toda la compañía. «Si pensamos que el compliance es un departamento, nos hemos equivocado», decía Javier de Urquía (Roche Farma). «Todos somos compliance» repetía minutos después Carlos López Agudo de La Caixa. Cuando no tienes una cultura, caes en un compliance cosmético. Y la cultura solo se consigue con comunicación y con formación (Irene López, de MSD España)
Un poco de humor para abordar el Compliance
Antonio del Moral, además de ser magistrado maneja una ironía fina. Despertó las risas del auditorio a última hora de la mañana, que es la más difícil porque las neuronas solo piensan en proteínas. Del Moral demostró que el humor es un asunto muy serio y el compliance está ahí sobre todo para prevenir delitos, de la misma forma que el castigo penal del homicidio ha salvado muchas vidas.
La mesa de grandes empresas aportó una gran riqueza de puntos de vista. Me llamó la atención el de Juan Manuel Cano, de Bankia. Abordó el delicado asunto de la protección de los datos: qué datos se deben recoger, cuáles no, con qué propósito, cuándo se deben borrar. Su planteamiento demuestra que el compliance no es solo cumplir la ley. Uno debe definir qué se debe hacer desde la ética, ir más allá del ordenamiento legal es un requisito imprescindible, porque la realidad va mucho más allá y corre mucho más rápido que las leyes.
Cinco puntos de la experiencia de Roche
Anoté también con interés los cinco puntos que Javier de Urquía señaló como las conclusiones de su experiencia en el Compliance de Roche Farma
- Cumplir es responsabilidad de cada empleado
- Se debe construir una cultura del cumplimiento
- Centrarse en el resultado no es suficiente: los procesos internos también son transparentes
- Debemos estar alerta para detectar riesgos
- Hay que transferir compliance a los proveedores, impulsar la transparencia
Inauguró la jornada la consejera de Justicia de la Comunidad de Madrid, y la clausuró Irene Navarro, directora de Madrid Excelente, que ha incluido en su sello un capítulo de examen del cumplimiento, porque entiende que es una cultura que debe permear en la sociedad y elevar el nivel de exigencia.
