España, y también gran parte de Europa, atraviesan en estos días una fuerte ola de calor que ha traído temperaturas que no se recuerdan tan elevadas en los últimos 20 años en este mes del año. Esto, no solo ha supuesto un aumento de la venta de ventiladores y aparatos de refrigeración del ambiente, además, ha convertido el calor y el tiempo en los protagonistas de casi todas las conversaciones.
Son los efectos del cambio climático. Sí, ese daño irreparable al medio ambiente que mil veces ha negado el presidente de EE UU, Donald Trump, y que tiene como consecuencia un aumento de la temperatura del planeta, lo que ha su vez está provocando, por ejemplo, el deshielo de los casquetes polares, entre otras cosas.
¿Por qué hace tanto calor?
En materia de cuidado del medioambiente, como en muchas otras cosas, los humanos vamos con retraso. Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Por eso, comenzamos ha reivindicar políticas de detención del cambio climático cuando ya es un hecho y después de que nos hayan advertido de que, de seguir con el nivel de consumo y de emisión de gases contaminantes actual, en pocos años, habremos provocado daños irreversibles.
Jóvenes y cuidado del medio ambiente
Son los más jóvenes los que empiezan a empujar las fuerzas del cambio en este sentido. Tienen mayor conciencia medioambiental. Están organizándose para pedir una más políticas a los gobiernos en torno a la importancia de cuidar el planeta. Capitaneados por la joven sueca Greta Thunberg, movimientos como “Friday for Future” toman ciudades a lo largo de todo el planeta solicitando que se cuide el planeta, un mundo con un futuro muy poco aragüeño para nuestros jóvenes, que serán adultos en una época que, de seguir así, no tendrá esperanza de ser mejor.
Las empresas se comprometen
Pero no solo los niños y jóvenes tienen presente la conciencia de cuidado del medio ambiente. Cada vez más empresas asumen su responsabilidad en mejorar nuestro planeta, a muchos niveles, no solo el mediambiental. Han desarrollado sus propios departamentos y políticas a este respecto, que se conocen como Objetivos de Desarrollo Sostenible. Metas que van desde la igualdad social a la paralización del cambio climático (Objetivo n.13).
Para lograr este propósito, las acciones que desarrollan empresas de todo tipo y de todos los lugares del planeta pasan por un desarrollo sostenible a nivel de infraestructuras, una conciencia de uso correcto del agua y la energía o el desarrollo de políticas empresariales y gubernamentales que tengan como fin una transición hacia una economía que se aleje de las emisiones de carbono y que apueste por, por ejemplo, combustibles limpios y no de origen fósil.
Estos objetivos forman parte de la conocida como Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Un total de 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. La Asamblea General de la ONU ha adoptado la agenda y gobiernos como el español apuestan por lograr estos objetivos fijados para el 2030. Metas en las que el tejido empresarial tiene gran importancia. Que debe apoyarse en la ciudadanía y su conciencia social.
Mientras que conseguimos movilizarnos desde todos los estamentos de la sociedad y del mundo de la empresa para lograr un planeta mejor, a todos los niveles, seguiremos hablando del tiempo, del calor que hace, de lo poco que llueve… Hagámoslo con conciencia y tomando decisiones que mejoren el mundo en el que vivimos y, sobre todo, que no acaben con el mundo en el que querremos vivir en el futuro.
