La comunicación en las empresas después de la covid

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Las reuniones presenciales se han convertido en un lujo, en el premium de la comunicación. Ocurre con todo lo que implica cercanía física. En el tiempo de las redes, una conversación cara a cara es un acto de comunicación de una gran riqueza: la mirada, la voz y sus matices, el tono, el gesto, transmiten mucho más que el abanico de emoticonos disponibles en Whatsapp. En el mundo presencial, por oposición al virtual, es más fácil disentir, debatir, o reír. Lo inesperado, la ironía, el contraste y la sorpresa, adquieren otro valor.

Empresas y comunicación

Sirva este párrafo de introducción para la sesión del Instituto de emprendimiento avanzado organizada por la Asociación de Amigos Empresarios, en la que se trataba de reflexionar sobre la comunicación en las empresas y los cambios que ha provocado la situación de pandemia. En la sesión, moderada por Fernando Arnáiz, participó Diego Carcedo, un veterano del periodismo, corresponsal en Nueva York y Lisboa, y ex director de Radio nacional de España. Tere Fernández entró por video desde México, y entre los ponentes estaban Fernando Valmaseda, el consultor Juan Carlos Blanco y el CEO de Ludiana, Alfredo Urdaci.

Se habló sobre todo de dos retos que tienen que ver con la comunicación en las empresas. Primero sobre cómo afronta la industria de la comunicación y la del periodismo está transformación disruptiva que ha destrozado nuestra manera de entender el modo en el que consumimos información y nos manejamos ante la opinión pública. Y en segundo lugar cómo tienen que actuar las empresas para blindar y fortalecer su reputación en un paisaje mediático marcado por la mudanza a las plazas públicas de las redes sociales, por el ruido y por los vertidos más tóxicos de la desinformación.

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Tere Fernández, de Emprebask, dirigiéndose al auditorio a través de un video desde Ciudad de México

Crisis y reputación

El CEO de Ludiana, Alfredo Urdaci, puso el acento en la necesidad de centrar la actividad empresarial en el foco de la reputación. «La crisis es hoy permanente en todas las empresas. Todas las instituciones y las compañías se han visto envueltas en la crisis colectiva que hemos sufrido y cuyas consecuencias se tardará en asimilar. La opinión pública ha podido medir y juzgar el comportamiento de las empresas, el valor de sus compromisos, y la cualidad de sus actitudes. El mundo post covid, es un entorno en el que la comunicación de las empresas debe orientarse, se debe dejar en segundo plano la marca y poner en el primer lugar de nuestras preocupaciones la reputació La reputación significa resiliencia, que es otro de los valores que salió en el debate. La reputación, cuando es buena y fuerte, funciona como un escudo frente a las crisis. Cuando es débil, porque no se ha trabajado aguas arriba, supone una debilidad que en tiempos de crisis se convierte en un riesgo añadido.

La necesidad de prevenir, de comunicar con eficacia, de ser responsables ante la opinión pública y de contribuir ala mejora de la vida de la sociedad, es hoy una exigencia general que otorga una licencia social de empresa. Fueron varios los ponentes que insistieron en esta cuestión. Desde Juan Carlos Blanco hasta Fernando Valmaseda, que desplegó un catálogo de criterios y necesidades de comunicación en las empresas. Todas deben comunicar, porque la comunicación está al alcance de todas las compañías, sean grandes o pequeñas. No comunicar significa privarse de una capacidad de ser relevante en la vida de las personas. Hay empresa que se limitan a vender, y creen que todo debe estar orientado a la venta. La vida de esas compañías es un riesgo permanente de desparecer sin dejar rastro ni huella. Por último, Tere Fernández, presidenta de Emprebask desde México, nos dio una lección de lo importante que es la antropología y el conocimiento cultural para que nuestra comunicación sea eficaz y no provoque ruido e incomprensión.

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